Desde la ventanilla de este tren
veo el brumoso paisaje del tiempo,
allá los sembrados y los caminos,
los pueblos y los recuerdos de ayer
que dejan límpidos un sabor dulce,
un gusto amable, miel, quizá enturbiada
por la parda amenaza de la vejez.
Pero es tan amplio el mundo, tan próximo,
que un anochecer, solo un despertar,
un amor entre las claras sábanas
del lecho; la tibiez de la memoria,
o apenas un trino puede explicarnos
la vida. Prodigiosa, más tan frágil.
"Fragilidad de las heridas" (2004)