jueves, 30 de julio de 2020

El sol de la viña (Dionisia García)

Sobre la viña el sol espejea en los pámpanos.
Este apreciado bien llega deprisa,
más que la oculta luz, tan deseada.


Temo que llegue el tiempo de marchitas apuestas,
y lucho por salvar el cansado entusiasmo
para seguir serena
hacia el lugar que llama en lo secreto.


Crece el tiempo, casi llega a la boca.
Quiero permanecer donde fui siempre;
ahondar en la pasión
capaz de mitigar las desventuras.
Que los claros alivien las insistentes sombras,
y un beso, de señal, mi frente roce,
para saber, al fin, como el sol de la viña,
dar luces al verdor, y agradecer el gesto.

"Aun a oscuras" (2001)

jueves, 23 de julio de 2020

Llegada al mar (José Hierro)

Cuando salí de ti, a mí mismo
me prometí que volvería.
Y he vuelto. Quiebro con mis piernas
tu serena cristalería.
Es como ahondar en los principios,
como embriagarse con la vida,
como sentir crecer muy hondo
un árbol de hojas amarillas
y enloquecer con el sabor
de sus frutas más encendidas.
Como sentirse con las manos
en flor, palpando la alegría.
Como escuchar el grave acorde
de la resaca y de la brisa.

Cuando salí de ti, a mí mismo
me prometí que volvería.
Era en otoño, y en otoño
llego, otra vez, a tus orillas.
(De entre tus ondas el otoño
nace más bello cada día).

Y ahora que yo pensaba en ti
constantemente, que creía...

(Las montañas que te rodean
tienen hogueras encendidas).
Y ahora que yo quería hablarte,
saturarme de tu alegría...

(Eres un pájaro de niebla
que picotea mis mejillas).
Y ahora que yo quería darte
toda mi sangre, que quería...

(Qué bello, mar, morir en ti
cuando no pueda con mi vida).


"Tierra sin nosotros" (1947) 

jueves, 16 de julio de 2020

Génesis, Covid.19 (Andrés Neuman)

Y el Papa dijo amén en la plaza vacía
y nadie respondió desde las nubes
y nadie respondió desde el espejo
porque todas las voces estaban bajo tierra
dulcemente acunadas por dejar de existir.


Y la Bolsa se hinchó como un pulmón
y contó las monedas del oxígeno
y desvió su aire hacia unas islas 
amarradas al mar con puntos de sutura
donde sólo hay lagartos y excepciones.

Y todos los países fueron uno
pero por sobre todo cada cual
porque muchos debieron elegir
entre virus y panes y unos pocos guardaron
un trozo de futuro en la nevera.

Y los supermercados se poblaron
de animales en busca de animales
de familias pastando todas blancas
en un campo de alcohol papel y plástico
y los guantes tecleaban el código del miedo.

Y cada sanatorio fue tormenta
y los techos llovieron y las puertas volaron
y el hilo de la vida se hizo nítido
y en los pasillos iba y venía la verdad
sin que nadie pudiera preguntarle.

Y las abuelas los abuelos vieron
con sus pieles de redes pescadoras
con las manos manchadas de memoria
con los ojos cegados de tanta lucidez
transformarse el derecho en aritmética.

Y la tecnología se hizo cuerpo
en quien ya la tenía y fue fantasma
para quienes tan sólo tenían cuerpo
y cantamos canciones que rimaban
y dijimos que nunca olvidaríamos.

Y muy pronto las voces nos quedamos calladas
en el lugar de siempre en los rincones
con zumbidos de mosca en un limbo diabólico
que es frontera entre el canto y el silencio
entre el luto y la amnesia de estar vivos.

Abril 2020

jueves, 9 de julio de 2020

Sin adiós (Claudio Rodriguez)

Qué distinto el amor es junto al mar
que en mi tierra nativa, cautiva, a la que siempre
cantaré,
a la orilla del temple de sus ríos,
con su inocencia y su clarividencia,
con esa compañía que estremece,
viendo caer la verdadera lágrima
del cielo
cuando la noche es larga
y el alba es clara.

Nunca sé por qué siento
compañero a mi cuerpo, que es augurio y refugio.
Y ahora, frente al mar,
qué urdimbre la del trigo,
la del oleaje,
qué hilatura, qué plena cosecha
encajan, sueldan, curvan
mi amor.

El movimiento curvo de las olas,
por la mañana ,
tan distinto al nocturno,
tan semejante al de los sembrados,
se va entrando en
el rumor misterioso de tu cuerpo,
hoy que hay mareas vivas
y el amor está gris perla, casi mate,
como el color del álamo en octubre.

El soñar es sencillo, pero no el contemplar.
Y ahora, al amanecer, cuando conviene
saber y obrar,
cómo suena contigo esta desnuda costa.

Cuando el amor y el mar
son una sola marejada, sin que el viento nordeste
pueda romper este recogimiento,
esta semilla sobrecogedora,
esta tierra, este agua
aquí, en el puerto,
donde ya no hay adiós, sino ancla pura.


"El vuelo de la celebración" (1976)

jueves, 2 de julio de 2020

El fruto ( Eloy Sánchez Rosillo)

Si se cifra tu empeño
en lograr ese fruto que de la rama pende,
ya lo alcanzó tu mano.
Hubo un salto y fue tuyo.

  La recompensa no es el fruto mismo,
aun siendo éste tan dulce.
Sueña incesantemente
con la ocasión dichosa en que lo viste
en la mañana azul: el aire tibio
te trajo su perfume;
una abeja dorada zumbaba en torno suyo;
oíste cantar entonces
a un pájaro en lo alto.

  El fruto verdadero es del momento
anterior al instante de saltar.

"Sueño del origen" (2011)