Este huésped absorto que me mira
desde el silencio, cuando llega y pasa
lentamente a mi lado con la escasa
presencia de una sombra que respira;
este innoble inquilino que se gira
después de haber pasado, y que acompasa
sus pasos a mis pasos por la casa
uniendo mi verdad a su mentira;
este ser negativo, a medias ciego,
que ve el fondo del pozo y no ve el agua,
que sólo ve la escoria de la fragua
y no el acero limpio sobre el fuego…
se llama como yo, vive conmigo.
Me ama más que a nadie. Mi enemigo.
Viva Ausencia (2007-2009)
Gracias, Marga, por recoger esta pequeña muestra de mi poesía más clásica. No sé si nos conocemos. Un abrazo.
ResponderEliminarUn auténtico placer.
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