ESTA mínima llama vulnerable,
que cualquier viento agita,
tiene algo suyo que me pertenece.
Le gusta contemplar desde su centro
lo que ilumina con su propio ser.
La realidad, así, no se le agota:
con las sombras que crecen
crece el mito.
Si tanto me ensimisma
será porque me asoma al más profundo
deseo que no alcanzo:
quemarme en mi raíz
y verme arder en lo que me sostiene.
Nocturno casi (2014)
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