El perro
abandonado vigila.
Vigila su hambre,
vigila su ausencia
mordisquea sus propias patas castigándose.
Vigila su hambre,
vigila su ausencia
mordisquea sus propias patas castigándose.
¿Qué habré hecho?
¿Qué habré hecho?
– tensa su cadena rota, invisible –
Y mastica el miedo, tan vacío.
¿Qué habré hecho?
– tensa su cadena rota, invisible –
Y mastica el miedo, tan vacío.
No ladra, reposa su cabeza en la mugre,
llena de garrapatas henchidas de recuerdos
que le roban la conciencia de estar vivo
y sigue, mordisqueando, su sombra esquelética.
llena de garrapatas henchidas de recuerdos
que le roban la conciencia de estar vivo
y sigue, mordisqueando, su sombra esquelética.
Y yo me pregunto qué padres se montan
para dar a luz al bastardo
que nos roba el brillo
de los ojos de ese perro
para dar a luz al bastardo
que nos roba el brillo
de los ojos de ese perro
que allí espera, abandonado.
Inédito (perteneciente a Ex-Clavo, poemario en proyecto)
No hay comentarios:
Publicar un comentario