Pasan las nubes sobre el mundo. Van
indiferentes a su bien, ajenas
a su daño. Ligeras, casi inmóviles,
reproducen los sueños desprendidos
indiferentes a su bien, ajenas
a su daño. Ligeras, casi inmóviles,
reproducen los sueños desprendidos
del
hombre que las mira. Otras veces,
se extienden con sus párpados cerrados,
grises alas de un sueño ya sin sueños,
sobre el silencio oscuro de la vida.
se extienden con sus párpados cerrados,
grises alas de un sueño ya sin sueños,
sobre el silencio oscuro de la vida.
Pasan
las nubes bajo el cielo raso
de un cielo azul e inalcanzable. Son
rehenes de la luz, hijas del día.
de un cielo azul e inalcanzable. Son
rehenes de la luz, hijas del día.
En
ellas contemplamos el destino:
llegar, libres sin serlo, a nuestra noche
en el flujo invisible que nos lleva.
llegar, libres sin serlo, a nuestra noche
en el flujo invisible que nos lleva.
La herida de los días (2010)
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