jueves, 11 de octubre de 2018

De la serenidad de las cosas (César Antonio Molina)

Cuando nace el sol y es claro, templado, sin nube alguna. Cuando la luna naciente muestra su luz alrededor y sus círculos son blancos, amarillos y dorados. Cuando las estrellas están quietas y muy resplandecientes y se ven correr, de una parte a otra, exhalaciones. Cuando el Arco Iris surge de entre la lluvia y al salir el solo al ponerse relámpagos sin truenos. Cuando al alba hace frío y el rocío se posa y el humo asciende por encima de las aguas detenidas y los prados. Cuando después de alguna borrasca se aparece en la vela un tenue resplandor y un soplo. Cuando los halcones están sosegados en las riberas. Cuando las grullas vuelan en lo alto y callan sin graznar. Cuando los milanos juegan los unos con los otros. Cuando los palomos planean muchas veces de una a otra parte y cantan. Cuando los cuervos abren la boca mirando al sol. Cuando los peces de los ríos y del mar saltan. Y cuando la televisión se ha terminado y todas las luces de los patios se apagan y cae la noche sobre el jardín que se cavó a la sombra y vuelven las más espesas tinieblas y mi pensamiento aún no está conmigo, sino que se demora combatiendo en ultramar con aquella felina dependienta en la batalla de las esmeraldas.

"El rumor del tiempo" (2006)

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